El despido por causas disciplinarias ocurre cuando un empleador termina el contrato de un trabajador debido a faltas graves o incumplimientos de las obligaciones laborales por parte del empleado. Este tipo de despido, también conocido como despido justificado o procedente, suele estar exento del pago de indemnización, siempre y cuando se demuestre que el empleado incurrió en una conducta lo suficientemente grave como para justificar la terminación del contrato. En este blog, explicaremos qué se considera un despido disciplinario, cuándo no corresponde una indemnización y cuáles son los derechos de los trabajadores en estas situaciones.
¿Qué es un despido disciplinario?
El despido disciplinario es una medida que toma el empleador para terminar la relación laboral con un trabajador debido a una falta grave o a un incumplimiento sustancial de las responsabilidades laborales. Este tipo de despido está basado en motivos serios que afectan negativamente el funcionamiento de la empresa o el ambiente laboral. A diferencia de otros tipos de despido, como el despido por causas económicas o improcedente, en un despido disciplinario el empleador no está obligado a indemnizar al trabajador, siempre que el despido sea justificado.
Las razones que justifican un despido disciplinario suelen estar claramente estipuladas en los contratos laborales, los convenios colectivos o las leyes laborales de cada país. Estas razones varían, pero suelen incluir comportamientos como:
- Faltas repetidas de asistencia o puntualidad: La inasistencia sin justificación o la llegada tardía al trabajo de manera reiterada puede ser motivo suficiente para un despido disciplinario. Para que este tipo de despido sea procedente, el empleador debe haber advertido previamente al trabajador sobre su conducta y ofrecer la posibilidad de corregirla.
- Desobediencia o insubordinación: La negativa a seguir instrucciones razonables del empleador o la falta de respeto hacia los superiores jerárquicos también puede justificar un despido disciplinario. Este tipo de conducta puede crear un ambiente de trabajo conflictivo y afectar la productividad de la empresa.
- Comportamientos violentos o acoso: Los actos de violencia física o verbal contra otros trabajadores o superiores, así como el acoso laboral o sexual, se consideran faltas graves que pueden justificar un despido disciplinario sin derecho a indemnización.
- Robo o fraude: La apropiación indebida de bienes de la empresa, el fraude o cualquier tipo de conducta deshonesta que perjudique a la empresa es motivo de despido inmediato y justificado.
- Bajo rendimiento intencional: Si un trabajador reduce deliberadamente su productividad o no cumple con las tareas asignadas sin una razón justificada, el empleador puede proceder a un despido disciplinario.
- Consumo de drogas o alcohol durante el horario laboral: El consumo de sustancias que afecten el desempeño del trabajador, especialmente en trabajos que implican un riesgo para la seguridad, también puede justificar un despido.
¿Cuándo no hay derecho a indemnización?
El despido disciplinario generalmente no conlleva una indemnización, ya que se basa en una conducta grave del trabajador que justifica la terminación del contrato. Sin embargo, para que el despido sea considerado procedente y el empleador esté exento de pagar una indemnización, deben cumplirse ciertos requisitos:
- Existencia de una causa grave: La falta o conducta del trabajador debe ser lo suficientemente grave como para justificar el despido. El empleador debe demostrar que el trabajador incumplió con sus obligaciones de manera significativa, afectando el funcionamiento de la empresa o poniendo en riesgo la seguridad o bienestar de los demás empleados.
- Advertencias previas (si corresponde): En algunos casos, especialmente en situaciones de bajo rendimiento o faltas de asistencia, el empleador debe haber advertido previamente al trabajador sobre su conducta. Estas advertencias deben ser claras y formales, y el trabajador debe haber tenido la oportunidad de corregir su comportamiento antes de proceder con el despido.
- Cumplimiento de los procedimientos legales: Para que el despido disciplinario sea considerado válido, el empleador debe seguir los procedimientos establecidos por la ley. Esto incluye notificar al trabajador de las razones del despido por escrito y otorgarle la oportunidad de defenderse. Si el empleador no cumple con estos procedimientos, el despido puede ser considerado improcedente, lo que daría derecho al trabajador a recibir una indemnización.
Procedimientos legales para un despido disciplinario
El despido disciplinario debe cumplir con una serie de procedimientos legales para ser considerado válido y para que el empleador quede exento de pagar indemnización. A continuación, describimos los pasos habituales que debe seguir el empleador:
- Notificación al trabajador: El empleador debe entregar al trabajador una notificación por escrito en la que se detallen las razones del despido y las faltas cometidas. Esta notificación debe ser clara y específica, indicando las conductas o faltas que justifican el despido.
- Pruebas de la falta: El empleador debe contar con pruebas que respalden las razones del despido, como registros de asistencia, testimonios de otros empleados, o documentación que demuestre el incumplimiento del trabajador.
- Audiencia con el trabajador (si corresponde): En algunos países, las leyes laborales exigen que el trabajador tenga la oportunidad de defenderse antes de que el despido sea efectivo. Esto puede implicar una reunión formal en la que el trabajador puede presentar su versión de los hechos y cualquier evidencia que lo respalde.
- Cumplimiento de plazos: Las leyes laborales suelen establecer plazos dentro de los cuales el empleador debe comunicar el despido al trabajador. Si el empleador no cumple con estos plazos, el despido podría ser considerado improcedente.
Derechos del trabajador ante un despido disciplinario
Aunque el despido disciplinario exime al empleador de pagar indemnización, el trabajador aún tiene ciertos derechos que deben ser respetados. Si el trabajador considera que el despido es injusto o que no se siguieron los procedimientos adecuados, puede impugnar el despido ante un tribunal laboral.
- Reclamación judicial: El trabajador tiene derecho a impugnar el despido si cree que las razones dadas por el empleador no son válidas o si el despido fue realizado sin seguir los procedimientos legales. En estos casos, el tribunal evaluará si el despido fue justificado o si el trabajador tiene derecho a una compensación.
- Pago de salarios pendientes: Incluso en un despido disciplinario, el empleador debe liquidar cualquier salario pendiente o pago de beneficios acumulados, como vacaciones no disfrutadas, bonificaciones o comisiones.
Conclusión
El despido por causas disciplinarias es una medida drástica que se toma en casos de faltas graves por parte del trabajador. Aunque en estos casos el empleador no tiene la obligación de pagar una indemnización, debe asegurarse de cumplir con los procedimientos legales establecidos para que el despido sea válido. Los trabajadores, por su parte, tienen derecho a impugnar un despido disciplinario si consideran que no está justificado o si no se siguieron los pasos adecuados. Mantener una conducta profesional y respetar las normas laborales es fundamental para evitar este tipo de situaciones.